Infusiones (té, poleo, manzanilla, tomillo, café).
Tienen una serie de compuestos que normalmente resultan agradables para todo el mundo. El aroma del café recién hecho por la mañana espabila a mucha gente, despierta los sentidos sin la necesidad de consumirlo. Basta con el olor. En el caso de infusiones digestivas como la manzanilla, el organismo sabe que son beneficiosas porque ayudan a encontrarse mejor por sus propiedades antimicrobianas.
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